miércoles, 15 de enero de 2014

MI LADO BULLRICH

Muchas veces remarqué sobre la zona norte, y la felicidad que me genera vivir donde vivo, como no volvería a la Capital y la incomodidad que a veces me genera sentirme una ajena en todos lados.
Ayer caminando por Posadas sentí que una parte de mi querría en otra vida ser una bienuda.
Un término desconocido por mi, pero necesariamente adquirido por pasar tantas horas en San Isidro. Mi cuñada me hizo entender que los de Recoleta también lo son, son otro tipo de bienudos, bienudos que comen en el Mirasol, y que viven en Alvear y Parera.
Yo conozco un Bullrich, y lo adoro, y creo que una parte de mi es un poco, o será en alguna otra vida, una Patricia argentina.
Amo los edificios afrancesados, la mezcla de gente, los perros de señora, pero más amo que cuando camino por ahí me acuerdo de vos, Zeide.
Lamentablemente tuve un montón de tiempo para pensar todo lo que iba a escribir de vos, pero nunca es suficiente para sentir que me expresé de verdad.
Camino por Posadas y me encuentro un local de habanos y pienso si llegaste a verlo, si sabías que estaba ahí. Te hubiese encantado.
Medité entrar y comprarte una caja de Romeo y Julieta. Llevártela a donde estas algún día, o dejarla en tu escritorio para que le haga compañía a todas tus otras cosas que dejaste en Rodriguez Peña.
Pero no.
Sigo caminando con la tranquilidad fingida de que sí conociste el local, y que alguna vez compraste ahí.
Y sonrío.
Sonrío pensando en cómo te encantaba tu barrio adquirido, pero como jamás renegaste del de origen.
Pienso en que quiero pasar un tiempo escribiendote, por que todavía no tengo la suerte de Guido, a mi no te me apareciste en sueños y me dijiste que estabas tranquilo.
Entonces aún te busco por las esquinas de Recoleta.
Voy mucho ahora, para estar con la Babe. Como a vos te hubiese gustado.
Y juego a que paseamos y que me decís lo que te gusta comer por la zona y donde querés que vayamos a tomar un café el sábado antes de que lleguen los chicos.
Fuimos a tomar café, y en mi corazón seguimos yendo.
No te puedo prometer que voy a ir a todos por que no estoy en posición de elegir una úlcera.
Pero creeme que a todos lados que voy te busco y te abrazo.
Cuando encuentre esa foto que por desgracia sé hace meses que voy a postear y cómo va a empezar ese relato, volveré. Mi inconsciente narrador late aún en los momentos difíciles, lo se.
Hablamos.
Cuidate.
Te extraño.
Te quiero mucho.