domingo, 29 de septiembre de 2013

HACEME/HACETE MAL

Hoy termina Breaking Bad.
Me negué en principio, como siempre.
Creí que era serie de mi hermano y su aire acondicionado a 18 grados y que por ende, me iba a aburrir y que no iba a entender nada, no más de un porrito o dos (?) tocaron la puerta de mi vida.
Bueno la puerta de mi casa.
Bueno, eso es mentira.

En fin.

No tenia nada que ver conmigo.

Por el calor de una ciudad vacía en Enero, y por una necesidad de no irnos a dormir enseguida los días de semana, decidimos con La Rubia empezar este hermoso proceso de enamorarte de una serie.
Fue duro al inicio, violencia, sangre, nervios sobre todo y adrenalina, reinaban nuestras sesiones de BB, y yo un poco deseaba que se termine el capitulo rápido a ver si ligaba un mimo.
Pero no pasaba. Breaking Bad no terminaba.

Con el pasar de los capítulos y hoy en su último y tan esperado final, puedo ver en realidad por que era que la serie, más allá de sus excelentes actuaciones e historia atrapante, me ponian y me alteraban de tal manera.
Era la redacción o dialéctica en sus personajes? Era su fotografía o modo de filmación? Era Skyler y su incesante disconformidad, o Walter Jr. queriendo ser alguien que no es?
Era Jesse y su sinfin de equivocaciones, o Walter y su bipolatidad a flor de piel?

No.
Lo que me ponía y pone hoy por ultima vez tan histérica, es que me podía pasar a mi.

Claro que yo aprobé química raspando, aun recuerdo cuando me entere e el patio con Papo y Santi Mizrahi que no me la llevaba a diciembre. Lo que me podia pasar a mi es verme enredada en una situación de la que no puedo salir.
Mi peor temor.Mi claustrofobia subjetiva. Mi temor eterno.
La no opción.

Miles de chats, salas, papers, y conversaciones se estarán dando en este momento acerca de si Walter White quería sobre el final (o por que no desde que empezó) ser un traficante de drogas, si estaba tan jodido en su situación o si el narcotráfico de metanfetamina le daba vida a su casi sin vida rutina.
El problema es que para mi se quería ir y no podía. Para mi hacia las cosas con buenas intenciones, o con buena voluntad, y siempre salía mal.

Mi trabajo constante.
Mi pensamiento infinito.

La unica manera de no preocuparse por la resolución de las cosas es hacerlas siempre bien.
Siempre que hagas las cosas bien no hay culo sucio, no hay persecuta. Si no funciona o si sale mal, será por motivos diferentes a mi y mi actuar.
Lo veo en el trabajo de posventa, lo veo en la docencia, lo veo en las relaciones.
La única manera de no cargar con una mochila invisible, con una mochla el 98% de las veces inexistente, es hacer las cosas bien.
Otro día discutimos la ambiguedad del bien. Por ahora digámosle lo que vos sabes que no esta mal. Que pasa cuando no sabes?
Y si en realidad lo que hay que hacer es lo que no esta bien pero te deja tranquila? Existe esa categoría? Existe la mentirilla, el esquivo, el engaño (no marital) inocente?

Con la verdad no ofendo ni temo, suele decir mi papá.

Ojala Walter la hubiese tenido tan clara.
Yo la llevo como un tatuaje al lado de un montón más de preceptos y convicciones que a veces necesito repetir cual mantra para poder dormir de noche.




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