lunes, 24 de agosto de 2009

ERROR 404

Es apenas un instante, un momento, un segundo en el que uno equivoca el camino.
No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice “algo está mal”. Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia.
Lo ves venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y así todo lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste.
Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso... Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo.
Ya estás perdido, errado, extraviado.
Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error.
Cuando cometiste error tras error no podés ni siquiera quejarte, ni ese derecho tenés.
El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable.

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