lunes, 24 de agosto de 2009

Y SI ALGUNA VEEEEZ...

La gente actúa con total liviandad, total haga la barbaridad que haga después te pide perdón y listo.
Te pueden fallar total después vienen, te piden perdón, y ya está, así de fácil.
Pedir perdón no debería tomarse con tanta liviandad. El castigo precede al crimen decía Dostoievski, porque uno antes de cometer el crimen sabe el dolor que generará y asume la culpa.
Esa culpa es el castigo ¿y uno pretende redimir esa culpa con un simple perdón?
¿De qué sirve pedir perdón cuando no hay manera de reparar lo que hiciste mal?
Cuando no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa. Cuando no nos perdonan nos obligan a hacernos cargo de lo que hacemos. Un simple perdón no puede borrar el dolor que se causó.
Recién cuando nos hacemos responsables de lo que hacemos, ahí se puede empezar a construir algo distinto.
Suplicando a los gritos, de rodillas, implorando en todos los idiomas.
Cuando no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa. Porque un simple perdón no pude borrar el dolor.
Hay cosas imperdonables aunque se pida perdón en todos los idiomas.

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