Los obituarios de "La compulsión y los carbohidratos" ya son un clásico, es más, me llamaron de clarín para que escriba sus funebres.
No, mentira.
En fin, hoy despedimos a Maria Elena Walsh, compositora, escritora y poeta argentina. Nuestra infancia, recordemos o no, esta plagada de sus palabras, de sus frases, de sus dichos y canciones. Todos conocimos algún chico de la escuela que tenía una tortuga "Manuelita", aunque debo admitir que años después no fui a ver la película al cine.
Como siempre que tenemos un caído, me gusta recordar qué era para mi o cómo se vio en mi vida. Mi mamá me cantaba la canción de tomar el té, y a mi me deprimía, me daba frio y sueño. La babe me cantaba la del Brujito de Gulugú y me angustiaba por él. Hasta acá se diría que mi experiencia es paupérrima, pero no. Osias, el osito (si gente, es "Osias" el nombre del oso, nada de "así hace el osito en el bazar", ni nada que se le parezca) fue siempre el protagonista de todas las guerras de canciones, ya que era la única canción que empezaba con O. Gracias Maria Elena, que tengas la paz que transmitías en tus canciones.
Namaste
and good night.
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