"Para cosas buenas, quiero quedarme para cosas buenas", pensé mientras escuchaba la conversación de mis verborrágicas amigas de literatura. Agarré el teléfono, mandé un texto y lo dije en voz alta:
-Cheeeee, yo mañana me pongo un parche de nicotina.
No se sorprendieron, esas chicas ya me conocen mucho. Solo me sonrieron y me desearon lo mejor, sea por lo que sea que haya tomado esa decisión.
Hoy ya llevo 40 minutos emparchada, pero no se lo conté a nadie más(hasta ahora).
Considero que la farmaceútica y todo el equipo de la farmacia, al toque que venden una caja de parches, tendrían que activar un sistema de elogios gratuitos a lo Sabrina, la bruja adolescente. Deberían saltar guirnaldas, aplaudirte, y convidarte torta. Felicitame, hija de puta, mirá el riesgo que estoy corriendo.
Sólo por que quiero quedarme para cosas buenas.
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