miércoles, 20 de octubre de 2010

BÓLIDA

Le cuento a Les sobre ayer. Ayer que me bajé del auto en el estacionamiento del shopping y tardé como diez segundos en darme cuenta que había dejado el auto en marcha, con las luces, el motor prendido y Turf sonando a todo lo que da. Me di cuenta y me pegué en la frente.
-Boludaaaa- me sentencié.
Es que estoy medio bólida, si , es verdad, pero boluda no.
Son cosas que pasan, pasan cuando uno tiene la cabeza en otro lado.Para bien o para mal, estar en una situación con un otro te saca de algunos focos, pero te centra más en otros. No me volví más sagaz, sin duda, pero me volví más positiva. Volví, es un poco fuerte usar un verbo tan convertidor como "volver", convertirse, la gente te convierte. Y eso no quiere decir que antes no eramos buenos, ni tampoco que estamos careteando. Estamos dejando ser. Creo que es hasta que uno se acostumbra, a bajar la retaguardia, a sacarle los tapones a los botines.
Mar ayer no podía acordarse si mi nombre iba con una N o con dos. Me enojé, me conoce hace 8 años y sabe el desprecio, la ira que me genera la gente que escribe con una sola N. Aunque yo sea la excepción a la gramática, escribilo bien chabón.
Después la entendí. Tanto el exceso de bien como el exceso de mal bolidizan.
Hoy me corté el dedo con una tapa de queso untable, me lamí la herida, pero no salía sangre. Creo que me hace juego con la docena de moretones que tengo en las piernas y con los rasguños de León en el antebrazo.
Deus bendiga estar tan bólida. Que bien se siente.

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