martes, 14 de septiembre de 2010

C.A 4X75 + YO

Es una mezcla de tristeza y de bronca. Algo horrible nace en mí.
Es como una angustia. Una nostalgia por algo que tuve y ya no tengo, pero no sé qué es.Creo que es envidia.
Puedo concentrarme en pensar que está en epoca de parciales..sisi eso, justificarlo así.. o puedo atenerme a la realidad.La realidad. La realidad es que yo era su relajo después de rendir.Ahora ya no tengo certezas de serlo.Capaz es otra.Por como están las cosas, te diría que el mensaje al salir del aula magna no va a caer en mi casilla.
También puedo atenerme a la otra realidad, que en verdad es la misma,bah.
Es un cagón:Odia los conflictos, odia los enfrentamientos, le encanta esperar que las aguas se calmen.De ser así, ¿Por qué todavía siento envidia de no ser yo la que le va a preguntar cómo le fue? ¿Por qué querer estar con un cagón? ¿Por qué envidiar a cualquiera que esté al lado de Octavio, sea hombre o mujer?
Un envidioso envidia algo que puede conseguir, pero un resentido sabe que jamás va a conseguir eso que envidia.´
Sentir que no pudimos ni podemos lograr eso que queremos genera vergüenza y dolor, un dolor que te va matando.
Sentir envidia es creer que uno tiene un derecho, que la vida nos debe algo y que es injusto que se nos niegue. Pero la vida no nos debe nada, tenemos lo que queremos y lo que podemos. Y por todo lo que nos falta hay que luchar. Ahí la envidia se convierte en deseo, y el deseo en motor.
Hay dos motores que mueven a la humanidad, uno es el deseo y el otro la envidia, o sea desear lo que es del otro. Todos tenemos deseos, son el motor de nuestra vida. No es malo tener deseos, pero cuando no alcanzamos lo que deseamos y lo alcanza otro, ahí nace la envidia.
Nadie desea lo que nadie desea.Está en nuestra naturaleza.
Hay otra envidia que es mucho más peligrosa: la envida del ser.
La envidia del ser es algo tan profundo, tan profundo que a veces no lo podemos ver. Ya no envidio lo que tiene el otro, envidio lo que es el otro. Y también ahí estoy yo, deseando ser taaaan leve y despreocupada como él.
Los fuegos de la envidia tienen poderes casi sobrenaturales. Son fuegos que pueden arrasar con todo, pero que pueden encender un motor.
Un recordatorio de que algo no estamos haciendo para cumplir nuestro propio deseo. Hay que luchar por nuestro deseo, no darse por vencido nunca. No existe fuerza más poderosa que el deseo, es indestructible. Nuestro deseo es el único capaz de apagar el fuego de la envidia.

1 comentario:

Ginette.- dijo...

No creo que tu sentimiento sea envidia. Realmente la envidia la sienten personas que no me gustan nada. Probablemente sean celos,y bronca, pero no envidia, un sentimiento tan horrible.