Ella vive en mi. Ella siempre está en mi.
No podía, la muy turra no podía ver que me chupe un huevo que nada sobresaliente haya pasado en el día. No podía tolerar que me haya puesto contenta el transporte popular ni que llegar y dormirme una linda siesta de 29 minutos me haya ayudado a sentirme relajada. No, obvio que no. Y tuvo que atacar.Atacó con artillería pesada.
Todo andaba bien, esperó el mejor momento para impactar contra este edificio de intento de cordura que soy hoy en día.Por que nunca creí que podía ser tan grave, la ansiedad, no poder estar sin comer.Ahí ya iba asomando.El capítulo me había gustado pero no encantado.El rockandroll de Mar y Thiago no me había hecho llorar ni la reunión de todos en el sotano.Nono, por que la hija de puta de mi otro yo antiayuda ya tenía un plan armado es obvio.Y los kilos que suben, el flequillo que no baja, el perro que no camina, Guido que lo arrastra por la calle, el patrullero que lo corre a Guido por que corre al perro que no camina.Yo y las bolsitas de caca.La crema que no puedo comer.El prólogo que no me convence.Las uñas que no me crecen.El culo que no deja de caerse.Las pastillas que no encuentro.El celular que no me suena.El retiro de la Gitana que no arreglamos. La tal crisis que amanece, y yo que sólo quiero irme a dormir loca.
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